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* CHEMIN SCABREUX

 "Le chemin est un peu scabreux

    quoiqu'il paraisse assez beau" 

                                        Voltaire 

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Publié par VERICUETOS

 

Foto_6_Roldanillo.JPG

                                     Algunas poetas ganadoras del concurso premiadas con la publicación de su obra.

 

 

GEORGINA CUARTAS CADAVID

Chinchiná, Caldas. Gestora cultural, ha sido presidenta del Centro Literario de Antioquia. Directora Administrativa de la “Corporación Mujeres Poetas de Antioquia”. Ha participado en múltiples encuentros literarios. Ha publicado en periódicos y revistas colombianas. Participó en el proyecto audiovisual “Palabras Rodantes: Vida de Porfirio Barba Jacob”.

Peregrina

 

Mujer angustia, de mirada fría,

tu esencia duerme, tu esbeltez

sombría… tu sandalia rota.

 

Humilde peregrina sin amor,

rechazo de caricias, vas

cavando tu propia sepultura

si caminas

con silencio  de amargura,

 

atada con crueles ligaduras;

mujer sumisa 

que tu voz acallas,

levanta  ya tu frente

con altura y grita convencida

que no eres diminuta,

que eres libre…

con amor, sin coyunturas.


TE AMO

 

Hoy al fin, te volví a ver

¡ qué alegría!

¡qué inmensa alegría!

No creas que fue

casualidad, no,

porque yo te andaba

buscando

desesperadamente

y te confieso que hoy

al verte, lloré, lloré de

felicidad.

Y sabes…?

he soñado contigo,

he preguntado por ti,

te he buscado

y cuando creo tenerte

tú te me escapas.

Resbaladizo, injusto, cruel,

castigador.

He tratado por tenerte

a mi lado

por sentirte muy cerca,

por tocarte, por acariciarte

porque te quedes conmigo,

pero no, inútil quimera,

yo que te necesito tanto,

te extraño, te  llamo a gritos

y por más que lo haga

y te diga que me haces

mucha falta, que eres

el complemento de mi vida,

que eres la razón  de mi ser

tú no escuchas,

porque tú eres así,

estático, Jorge,

mi querido Jorge,

mi adorado Jorge Isaacs,

del billetico  de

 

CINCUENTA MIL PESOS

 

 

GLORIA MARIA BUSTAMANTE MORALES

Medellín, Antioquia. Psicóloga, Magíster en Educación y Desarrollo Humano. Premio Nacional de Poesía Ediciones Embalaje Museo Rayo, 2006 y Premio Nacional de Poesía “Meira del Mar” Medellín, Antioquia 2007.   

 

 

Deméter

“A las mujeres, que aún buscan a sus muertos”

 

“Quiero escarbar la tierra con los dientes,

quiero apartar la tierra parte a parte a dentelladas secas y calientes,

 quiero minar la tierra hasta encontrarte y besarte la noble calavera y desamordazarte y regresarte.”

Miguel Hernández

 

Rasgar la tierra

separar las piedras

las uñas negras

adoloridas

los dientes entierrados

los zapatos ahogados en café.

 

Una pregunta sola

abandonada a su suerte en el subsuelo…

 

Buscar a los hijos

en el mundo subterráneo

bajar al miedo

donde el silencio

ajusticia la verdad.

 

Fosas vacías

fosas de otros

fosas desiertas

de flores arrancadas

bendecidas de tribunales católicos:

en el nombre del perdón,

del olvido, impunidad, amén.

 

Qué floresta se marchita ante tu llanto

que rio se seca, madre

ante tu búsqueda interminable.

 

Qué linderos acechan tu conciencia

de huérfana de hijo.

 

Qué lumbre se apaga

bajo la lámpara maladina

de un desigual acuerdo.

 

 Madres errantes

gritando bajo tierra

escarbando entre los huesos unos dientes

que nombren su apellido

huesos max-hilares

que hilen

un olor ya conocido

un recuerdo añejado de dolor ausente

un entierro de ataúd vacío

de invisible cuerpo

un entierra-miento de tu amor paciente,

de ti, de él, de nosotras.

 

El lobo a olvidado donde enterró los huesos

depredador sin olfato

tras la tortura de su propia especie

se mata a sí mismo.

 

Pedazo a pedazo

se le cae el rostro humano

no conserva su sangre

la riega sobre un campo ampollado de explosivos

se desgarra con sus garras

viste un traje de cañón herido

lleva en sus ojos la sangre de otros

le persigue un aullido moribundo en el oído,

una pregunta le corta la garganta.

 

Pero él no ve,

pero él no oye,

pero él no deja

que hablen las palabras

de sus muertos.

 

 

GLORIA CEPEDA VARGAS

Cali, Valle del Cauca. Importante escritora colombiana. Reside actualmente en Caracas-Venezuela. Primer Premio y Medalla de Oro, Concurso Internacional de Poesía, Bruselas-Bélgica, 1994. Premio de Poesía "Jorge Isaacs". Cali, 1995 Premio Vida y Obra, Gran Fraternidad Universal, Marruecos-África, 1996 Mención Casa de las Américas, La Habana-Cuba, 2000. Colabora como columnista en periódicos y revistas de Colombia, Venezuela y España.

 

POESÍA

 
Vestí de gris tus alas
te escancié como un cántaro sin fondo
te llené de agua turbia
Poesía
tan fuera de mis líneas terrenales.
Sabes que somos
flores del crepúsculo
puntos borrados
al final del día
y por eso prefieres
agazaparte bajo los trigales
mientras la caravana
cruza el viento.
¿Eres o no?
¿qué forma te contiene?
¿qué pájaro te presta
sus alas en el aire?
Ya serás cuando el río
me quepa en la garganta
cuando no tiemble en el desguarnecido
rincón que prestaron
para pasar la noche.
Entonces
tal vez estemos cerca
estrella libre
en la aridez del cielo.

 

FUGAZ

  ¡Cómo se va la vida!
su madeja
se desenreda demasiado pronto
una figura
de acero más delgado
que el recuerdo
huye hacia los abismos
de la nada.
Hoy estamos aquí
vibramos indefensos
y creemos que somos
los dueños de la luz
de pronto empieza a hundirse
en la noche de humo
este rostro nacido
para esperar
y desaparecer.

 

EL SILENCIO
 
Sube el silencio en golpe de agonía
por mi espina dorsal, hasta la frente
invade el descubierto continente
que mide mi temor y mi alegría.
 
Queda bajo mi piel su rebeldía
inflamando mi llama, mi torrente,
tan sólo el paso de la antigua gente
renueva mi palabra todavía.
 
Llega más alto. Toma las miradas
atrapa nubes, ilumina espadas,
participa, socava, coloniza.
 
Y siembra en su desfile por mí oído
grito sin causa, vertical latido,
réquiem para mi sangre y mi ceniza.

 

 

GUIOMAR CUESTA

Medellín, Antioquia. Gestora cultural, importante poeta y editora colombiana, y su reconocimiento trasciende las fronteras internacionales.  Reconocida y premiada en concursos de poesía nacional e internacional. Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Lengua. V Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Gabriela Mistral, 2001. Reconocimiento a su vida y obra poética, Ediciones Côte-Femmes, París-Francia. Miembro de la Academia de Historia de Bogotá.

 
  Vocales de fuego

 

Este amor es algo más

que este diálogo interior

o un silencio profano

 

Es verbo que suelta

vocales de fuego

en la madrugada

y una inmensa llanura

tierradentro

me responde

 

Hoy este arrobo

me conduce

a una heredad

sin precio

 

Territorio

de los hallazgos

que nos esperan

al romper el alba

 

Sin edad

doy rienda suelta

no simulo

 

sólo me dejo ir

envuelta en fuego

 

Amazona y mujer

que habla recio

así como amo

me pronuncio

 

Se me hace

agua la boca

glorioso paladar

que se obstinan

en devorar tu sed

 

Cantos del agua

 

De tu piel a tu entraña que recorro

con mirada que te abre ante mis ojos

desde Florida amor que voy en vuelo

Alfredo Ocampo Zamorano

 

Me dice con su canto

un tamborero

que se pierde en el río

que debo dejar partir ahora

esta nostalgia

 

Ese deseo inusual

de estrecharte

una y otra vez

bajo las alas

de mis árboles

 

Mi corazón no cesa

de llamarte

con los nombres

de nubes y cascadas

 

Podríamos

gozar de cununos

y sonajeros

de tu pecho a mi entraña

 

Y al ritmo de esta voz

desatar los cantos del agua

 

desde Florida amor

que vas en vuelo

 

Visión 3

Pororoca es el nombre dado por los indígenas

que habitan las zonas cercanas a la desembocadura

del río Amazonas, al estruendoso y destructor fenómeno

en forma de oleaje que recorre el gran río aguas arriba,

desde su desembocadura en el Atlántico. Las olas, producto

del tremendo choque entre la subida de la marea del océano

y el enorme caudal del río Amazonas, pueden recorrer varios

kilómetros hacia el interior, contracorriente, y llegar a medir

hasta cuatro metros de altura.

 

Selva adentro regresa

esa sed de respeto

por el Planeta

 

Los nidos y la savia

recorren la atmósfera

 

Cantan las cigarras

al compás del viento

lava que agobia a esta Amazona

enamorada de la creciente

 

Dolor de Río

agua herida

sangre de Luna

que parte su vientre

 

La marea del Atlántico asciende

y choca contracorriente

desvía su cauce

 

Anaconda de esta ánfora

fiel catadora de su vino

vigía de su caudal

 

En el clímax de su soledad

la Amazona 

pasa la noche en un grito

 

Y despierta en ella

toda la furia

de selva y Río

 

A campo abierto

han sido profanados

 

La Luna llena

el Sol y la Tierra

 

se confabulan

con las mareas del Atlántico

 

Se eleva

todo el inmenso caudal del Río

con la fuerza arrasadora

de sus devastador sonido

 

Torrente de un silabario

 

Palabra de revelación

que no descifra su pueblo

 

El arco iris la recorre

y dueña de la creciente

el enemigo baja las armas

 

En medio del bullicio

entona desde su entraña

la Canción de la Selva

 

Y expulsa de su Casa

a los asesinos de árboles

de animales y del agua

 

¡Morirán bajo este estruendo!

 

El Río y el mar

devoran hasta las sombras

destierran sus espíritus

para que jamás regresen

 a esta Tierra.

 

Foto 9 Roldanillo

Auditorio que recibe a las mujeres poetas colombianas en el Museo Rayo de Roldanillo

Valle del Cauca (Colombia).

 

JOHANNA OSORIO CERÓN

Estudiante de Licenciatura en Literatura de la Universidad del Valle, Cali. Pertenece al grupo literario “La Momia guisada” y del colectivo “Cali, un sueño de poesía”. Es profesora de español y de teatro.

 

  SIEMPRE QUISE SER HOMBRE

 

Siempre quise ser hombre:

llevar las manos en los bolsillos,

contener lágrimas de pesadumbre,

patear piedras por la calle,

escupir a un policía y escapar riendo,

irme de casa a los quince y sin reproches,

jugar billar en la esquina del colegio en horas de clase,

declarar mi amor a una mujer,

aprovecharme de las circunstancias,

acostarme con una prostituta,

sentir el dolor de una erección,

orinar desde un puente.

 

Siempre reproché una falla genética,

un deseo mal canalizado de mis padres;

aquí, parada tras el mundo especulado y sonriendo hipócritamente

reniego de lo que no pude ser

y me lanzo al vacío de represión veintinueve pisos abajo.

 

Soy yo ¿quién más?:

escribo, leo, amo, bebo, fumo...

existo luego pienso,

cada parte de mí es mujer

y nada que asimilo en la caída mi naturaleza.

 

De pronto,

un golpe: ¡sangre!,

paseo melódicamente mi dedo sobre ella

y luego lo introduzco en mi boca

tan manchado en lo posible y delicioso como nunca.

Cierro los ojos saboreando:

por fin sabe a mujer,

a palabra,

a plenitud,

a hechizo interior.

 

Siempre quise ser hombre,

aunque irreductiblemente la muerte

me refutara lo contrario.

 

 

ELEGÍ-A  RAÚL

 

A RAÚL GÓMEZ JATTIN

 

Olor a mango,

olor a muerte.

Desacierto del destino.

Luz ambigua proyectada en el paladar,

velocidad de locura mezclada con gasolina,

cuando a la agonía la llama el humo de un cigarrillo no fumado.

 

Huyes Raúl,

huyes a tu destino.

Viajes astrales galopan con gran ventaja en tu cabeza,

pesadillas incesantes de una verdad escrita en la calle,

en el parque,

en el asfalto.

 

Los griegos y tus antepasados te atormentan,

lo sabes más que nadie.

Ellos son las voces dilapidadas de tus desgracias,

son la antesala de tu perdición,

la herida que impulsó tu desazón.

 

Y ahí estás locura,

ya tienes nombre propio,

de hombre,

de sortilegio,

de antaño y modernidad.

 

El viaje ha terminado Raúl,

ya no sufrirás,

la calle ha perdido la esencia que la hacía tuya,

el olvido te pertenece

y solo te recordamos aquellos cuyo ocio

invoca tu intempestiva liberación.

 

 

JUANA MARIA ECHEVERRY ESCOBAR

Manizales, Caldas. Abogada, diplomada en Derechos Humanos y Literatura. Gestora cultural, trabaja para el programa Casas de la Cultura de Manizales. Participa en el Colectivo Babelia, programa radial. Premio nacional de poesía Ediciones Embalaje Museo Rayo, 2009,  Roldanillo, Valle del Cauca.

 

Las que Mecen el Delirio

 

1

 

Al canto ascienden

las que gritan

                       para adentro,

las que se hacen

                           cigarras

en la lumbre de  la noche.

 

Aturden sus sentidos en plena agitación:

consteladas

                 repentinas

mujeres de los  elementos

                                      iniciáticas  del  sueño.

 

5

 

Saurias, a veces

                 perdidas en el bosque muerto

                     de colores antiguos,

trenzando follajes,

poemas y cantos que  pertenecen al suelo

al húmedo suelo

                         en una lengua extraña.

 

Y la tierra reclama

sustratos de palabras:

                                 la inicial

                                 de todas las hablantes.

 

Foto 10 Roldanillo                                               Recital de la poeta e investigadora Agueda Pizarro.

 

LUZ STELLA MARTINEZ  

Medellín, Antioquia. Licenciada en Español y Literatura. Docente de Literatura en el municipio de Medellín. Premio de poesía Los sueños de Luciano Pulgar2005. Gestora cultural y miembro activo del comité operativo del Festival infantil de Poesía en Medellín.

   

Campana de cristal

 

La vida,  fuera de la vida, la que no vivo, me llama.

Desde el inviolado espacio

desde la blanda esencia del nombre.

 

Perece mi alma con cada cosa que existe.

Mi cuerpo, envoltorio de todos los pensamientos humanos.

Mi canto, el refugio de un llanto incautado.

En el centro de mi pecho, un labio  besa las praderas de mi corazón.

Conmuero, como la hoja con el  viento

como el enjuto capullo

                                    que viaja

                                                   a voluntad

                                                                    del riachuelo.

   

Fin

 

En suma, todo está perdido.

 

El ojo que busca donde reflejarse,

la mano que no halla el resto de su cuerpo.

Perdida está la sombra de quien contuvo vida.

                                                

                              divaga por fuera de la luz.

 

La voz no encuentra el oído en quien resurja la palabra

ni pronunciados han sido los versos que confiados fueron

                                                         a los mensajeros.

 

Cada epitafio  dejó de ser, a consecuencia del olvido,

el dictamen último de quien tuvo nombre,

suscrito quedó al sacrilegio del tiempo que todo lo borra.

 

Del pié, solo este débil camino.

 


MARGARITA MEJIA

Palmira, Valle. Comunicadora social, fotógrafa. Su trabajo visual, influenciado por la poesía, se ha expuesto en diferentes museos y bienales. Premio Fotográfico en el Concurso Andino: “Mujeres Imágenes y Testimonios”, 2000, Cuenca-Ecuador. Profesora de fotografía. Pertenece a la “Comunidad del Megáfono”,  grupo de lectura de poesía en voz alta.

 

No quiero

 

No quiero hacerte el amor esta noche

amor mío, no esta noche,

porque hacer el amor es una verdad

y hacerte el amor 

es dejarte conocer el vértigo, la inmensidad, 

es saberlos contigo.

 

Es la creación de una obra maestra,

requiere mi total presencia 

y esta noche

mi genio está dormido.

 

Porque mi cuerpo necesita mucho más que el deseo, 

su dimensión máxima

la perplejidad, el peligro

 

Porque no es la comodidad mi aliada  

ni el orgasmo un buen somnífero.

 

Mi orgasmo es combustión, estallido de soles 

de silencios,

 es magma primigenio.

 

Porque quiero amarte para nacerte 

para hacerte en mis manos, en mi vientre

flor que abre los brazos a la vida.

 

Y esta noche 

de amigos abrazados 

esta noche, aquí, a tu lado, 

estoy lejos.

                                                                                                         

Apenas oí su sombra

Vino el amor a verme

me hizo un guiño desde lejos

 

Apenas oí su sombra

redoblar en el silencio

 

el amor no puede acercarse

le sobrevuela un cuervo.

    

El depredador

 

Duermes en mí

me recorres

sacias tu hambre con mi miedo

 

Lo nuestro es guerra sin tregua

en el país de mi cuerpo.

                                                                                                       Poetas de Roldanillo, Valle, suite5


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